Kyabje Bokar Rimpoché nació en el Tibet, en el año del dragón de hierro, es decir, en 1940, en una familia de pastores nómadas. Reconocido como un Tulku (reencarnación del precedente Bokar) por Su Santidad Karmapa XVI, el más alto jerarca del linaje Kagyupa. Fue educado en Tsurpu, sede de los Karmapas, y se hizo cargo muy joven de la comunidad Bokar. La invasión china le hizo exiliarse en India a los veinte años, y así encontró a Kyabje Kalu Rimpoché, deviniendo su principal discípulo y siendo escogido para sucederle a la cabeza del linaje Shangpa Kagyu. Sus destacadas cualidades hicieron que Kalu Rimpoché le nombrara para dirigir los centros de retiro de su monasterio en Sonada y que Su Santidad Karmapa XVI le pidiera hacerse cargo de los de Rumtek. Asimismo Kyabje Bokar Rimpoché fundó en Mirik un monasterio, y un centro de retiros especialmente dedicado a Kalachacra. Desde el fallecimiento del Kyabje Kalu Rimpoché se hizo cargo del monasterio de Sonada. Todos estos cargos y responsabilidades hicieron de él, hasta el momento de su fallecimiento, el principal maestro de meditación de la escuela Kagyupa.
Las maravillosas cualidades de Rimpoché eran como el radiante sol y sus compasivos rayos que conmueven, dan calidez y nutren a gente de todas las creencias religiosas y de todos los caminos de la vida. Su enseñanza, su forma de expresar el dharma del Budha, supo adaptarse al entorno cultural de los que le escuchaban, y hacer nítido y claro todo aquello que podía parecer oscuro o difícil; es decir, disponía de la gran sabiduría de poder presentar con sencillez y claridad las complejas filosofías y el más profundo dharma. El budismo puede resumirse en tres palabras: Sabiduría, Compasión y Gracia. Kyabje Bokar Rimpoché ha sido la forma viviente de estas tres características. Como sencillo ejemplo de sabiduría: en ninguna circunstancia sentía miedo, o inquietud, sino al contrario, permanecía siempre en un estado de paz que abraza al mundo con calor y claridad, una vital y esplendorosa paz, inmensa y bondadosa. Los textos sagrados indican que esta paz es uno de los signos ciertos de la sabiduría de los seres liberados, la irradiación de esta paz es la expansión sensible de la compasión. Esta cualidad de compasión era tan evidente en Kyabje Bokar Rimpoché que todos aquellos que se le acercaban le definían como «la bondad hecha ser humano». Había en él tal gentileza, tanta atención en hacer feliz a los demás, incluso en las pequeñas cosas, tanto amor en su mirada, que era imposible no sentirse conmovido. Falta el término gracia, que se traduce en budismo tibetano como el poder de una acción en una Mente Despierta, que se transmite por medio de los linajes iniciáticos. KyabjeBokar Rimpoché fue un perfecto receptáculo y un perfecto difusor de esta gracia iniciática. Unidas la gracia, la sabiduría y la compasión nacidas de su realización, de su persona emanaba una luz dulce, bella y fresca como la de un amanecer de primavera.
El muy venerable Kyabje Bokar Tulku Rimpoché entró en el paranirvana el 17 de agosto de 2004, a las 8:50 en el trayecto desde su monasterio en Mirik, India, al hospital de Siliguri, debido a un problema cardíaco. Kyabje Bokar Rimpoché quedó en Sadhana (última meditación o Tukdam) hasta el viernes 20 de agosto, día en que fue trasladado desde su templo privado de Tara al nuevo templo. Durante dicha circunvalación alrededor del monasterio en un lluvioso y nublado día apareció, sorprendentemente, un arco iris circular rodeando al sol. Más tarde se encontraron, a lo largo del recorrido concreciones similares a granos de sal bruta o perlas, consideradas como reliquias ¡surgidas de la nada!